A veces estamos a punto de darnos por vencidos porque no vemos resultados tan rápido como quisiéramos, pero seamos pacientes, el siguiente relato nos deja un valioso mensaje para reflexionar.
Dos semillas fueron plantadas en el mismo tiempo, de dos árboles diferentes. La primera semilla fue de un árbol de flor de cerezo y el otro era una semilla de un árbol de secoya. Ambos recibieron el mismo cuidado, ambos recibieron la misma cantidad de luz del sol y agua. El árbol de flor de cerezo creció rápidamente y floreció hermosamente con brillantes flores de color rosa y hojas verdes brillantes. Pero, la semilla del árbol de secoya parecía que le tomaría mucho más tiempo para surgir
Conforme el tiempo pasó el árbol de flor de cerezo continuo creciendo y prosperando, pero al árbol de secoya se le veía como si nunca fuera a ningún lugar. Luego de algún tiempo un pequeño brote comenzó a salir de la tierra y el árbol de secoya comenzó a crecer a una altura extrema elevándose sobre el árbol de flor de cerezo. La razón por la cual al árbol de secoya le tomó mas tiempo crecer era porque este necesitaba que sus raíces fueran fuertes y profundas en la tierra para soportar su enorme tamaño. Ninguno de los dos arboles era insignificante, porque cumplieron su propósito, y aun cuando el árbol de flor de cerezo era hermoso a la vista, el árbol de secoya llegó a ser el más alto y más fuerte árbol en el mundo.
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